4/14/2005

Me esperan (3)

El camión ya estaba a punto de llegar a San Cosme, eran poco menos de diez cuadras para que el camión llegara a la base. Gabriel observaba la calle por la ventana en la que iba sentada la chica morena que se acababa de acomodar junto a él; no sólo miraba la calle, sino que de vez en cuando la miraba a ella. Miraba su perfil con la naríz un poco chata, pero que la hacía lucir sus ojos verdes color jade que contrastaban de por sí con el color de su piel, miraba su boca un poco abultada pero con carnosos labios; en fin, la miraba cada vez que podía y que sabía que ella no lo vería.
El micro hizo una parada y se subió un tipo con una chamarra de esas de los equipos de fútbol americano que son muy gruesas y largas, le pidió un "raid" al chofer. En lo que alegaba con él, otro tipo se subió y se pasó hasta la parte de atrás del micro. Sacó una pistola de detrás de su camisa y apuntó a Gabriel que era el más cercano a él. El que había pedido el "raid" hizo lo mismo con la pistola que sacó de la chamarra y apuntó al chofer.
Dijeron la cantaleta de siempre: "Orale hijos de su pinche madre caiganse con lo que traigan o se los lleva la verga". El de la chamarra corto carucho y dejo de apuntar al chofer para apuntar a un señor que iba en el asiento detrás del del conductor.
Poco a poco, los pasajeros comenzaron a pasar las carteras, relojes, celulares y cosas que creían que eran de valor; los asaltantes se acercaban a ellos para hacer un flitrado de lo que les daban: muchas veces regresaron las carteras vacias de dinero pero intactas en lo demás; a una mujer le dieron el bolso completo sin siquiera tocarlo porque se veía que la pobre señora a duras penas traía para su pasaje.
Gabriel un poco shockeado por el arma en su cara pasó todo lo que tenía incluyendo su portafolios que los ladrones regresaron al comprobar que solo traía hojas y libros sin ningún valor para ellos; en cambio a la muchacha le hicieron abrir su maleta completamente pero no encontraron otra cosa mas que ropa.
Lor rateros bajaron del micro advirtiendole al chofer que si se paraba antes de llegar a San Cosme valía madre.
El recuento de los daños no fue mucho: algunos impresionados por la acción; un total de cinco carteras robadas y cinco regresadas sin el dinero; 14 celulares, 8 relojes y la caja del dinero del chofer.
Gabriel seguía un poco nervioso, pero la chica de al lado estaba llorando por la situación. El intentó acercarse a ella para consolarla, pero pronto se dió cuenta de que llegaban a la base del camión y todos bajaban del micro. Bajó y esperó a que la chica bajara para ayudarla. Ella sollozaba un poco mientras arrastraba su maleta. Gabriel le ayudó a bajar del micro mientras agarraba la maleta con una mano y con la otra le agarraba la mano.
Le dijo que tranquila, que las cosas como esa pasaban demasiado seguido, que no tenía que preocuparse. Ella le agradeció mientras tomaba la maleta del piso.
Continuará...

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