3/09/2007

Anécdota...

Para Beto... Mi mejor amigo de la infancia...

- ¿Sí sabías que mataron a Zaira? – Me comentó mi hermana mientras comíamos. Era un día como cualquier otro, yo regresaba de la escuela aún por aquellos tiempos, ella también lo hacía sólo que más temprano que yo. Ese día la encontré de pura casualidad en el metro y le invité unos tacos.
- ¡No manches! – le contesté casi atragantándome con un pedazo de buche del taco que acababa de morder. - ¡No seas pinche mentirosa!
- Es en serio, me contó Marcos… y a él su mamá, y a ella la vecina, y a la vecina la verdulera. Es una fuente confiable…
- ¿Y cómo fue? – le pregunté al tiempo que daba otra mordida al taco
- La encontraron estrangulada en su salón de clases, dicen que fue su novio por celos.
- ¡Ah no manches!, ¿es en serio?
- ¡Qué si!
Terminamos de comer y me quedé pensando en lo que me dijo mi hermana. Al pasar por la casa de Zaira, ví como fuera de la marquesina de ésta había un moño negro, lo que confirmaba lo que me habían dicho. Aunque era una chava que conocía desde hacía años enteros, tenía los mismos que no la trataba, no desde que Beto dejó de andar con ella. ¿Qué había sido de Beto? Ese era otro de esos misterios que suceden, sabía que seguía por la colonia, algunas veces lo había visto en la calle con mis antiguos amigos, nos saludábamos pero ahí quedaba la cosa, entre la escuela me dejaba poco tiempo para salir con ellos como lo hacía antes; esos tiempos de niñez-adolescencia en los que las tardes se te iban con los amigos jugando fútbol y que poco a poco se alejaban más y más de tus recuerdos.
Beto siempre fue mi mejor amigo de esa época, solíamos pasar los días entretenidos jugando fútbol, hablando de cómics, películas, o sencillamente hablando de cuando él y su familia vivían en los Estados Unidos… de sus problemas con la policía (allá en EU) y demás.
Lo de Zaira siempre fue raro, los dos se gustaban desde que recuerdo, pero por cosas de ella (sus hermanos) no podían estar juntos… claro, agregando el hecho de que ella por ese entonces andaba con un wey; pero aún así se gustaban. Me acuerdo una vez que se quedaron todo el día juntos, como si fueran novios (me enteré después de que eso fue, sólo por dos días) caminando de calle en calle sentándose en las esquinas a platicar, besándose. Luego de eso, su relación se volvió rara. De vez en vez se encontraban y platicaban, se besaban y ya. Luego, se dejaron de hablar.
Muchos años después, Beto se fue de la ciudad, a dónde no sé, por ese entonces ya se había casado y tenía un niño, Zaira estudiaba en la voca 5 de jacarandas. Fue por esos días, cuando sucedió lo que sucedió.
Me encontré a Beto una vez más antes de que se fuera para, hasta ahora, siempre. Fue un cumpleaños de no recuerdo quien, pero me invitaron a la fiesta; cosa rara ya que como decía, no tenía mucho trato ya con ellos. Esa vez nos pusimos a chelear toda la noche, terminamos bien pedos. Y de pronto salió el tema de Zaira…
-¿Oye, qué pasó con Zaira? – le pregunté con todo el tacto que un borracho puede tener a las tres de la mañana.
- ¿Qué no sabes? – me respondió – La mataron…
- Sí, eso si sabía…
- Sabes… si sentí gacho cuando me enteré. A esa chava es a la que más he querido… – se le quebró la voz
- ¿Y por qué no siguieron juntos?
- Ni yo sé… de por si vez que era medio putilla. Mientras andaba conmigo andaba con el wey ese, con el que me iba a partir la madre por ella.
- Yo creí que era por su carnal, el celoso…
- No, si la otra vez me quede chupando con él… me dijo que de todos sus cuñados yo había sido el que mejor le caía… ¿cómo vez?
- No pues ta’ cabrón…
- Pues ni pedo así es esto. Pero pus si sentí gacho. Salud compadre…
- Salud...