6/06/2008

El Lunar

David se levantó y observó a Mercedes a su lado durmiendo plácidamente; era la segunda vez que dormían juntos una noche completa desde que ambos quedaron en la misma cama en casa de Dora durante su fiesta de cumpleaños. Recordó brevemente aquella vez y sonrió recordando lo ebrios que estaban y la forma en como torpemente se quitaban la ropa para quedarse dormidos... fue algo chusco el despertarse y mirarse sabiendo que ambos estaban desnudos en la misma cama y nada había pasado. Ahora, esta segunda vez había sido meses después de aquella.
Mercedes tenía un lunar en el hombro izquierdo que descubrió David la segunda vez que la vio desnuda, exactamente en una parte que ella no alcanzaba a ver. Esa vez había llovido y ambos caminaban por la calle tomados de la mano; David había decidido hablar con ella y decirle lo que en verdad sucedía desde esa vez de lo de Dora. Hablaron en un café durante un rato hasta que él le dijo que le gustaba desde hacía mucho y ella le respondió de igual forma, se besaron. Caminaron hasta que comenzó a llover. La primera reacción fue guarecerse de la lluvia, se pusieron bajo un techito esperando a que terminara de llover y se besaron por segunda vez. Decidieron unos cuantos besos después que el agua no calmaría y optaron por caminar bajo la lluvia tomados de la mano hasta que llegaron al departamento donde vivía David. Hicieron el amor mientras se quitaban la ropa mojada.
David miraba el lunar encontrado ese día con la luz que se colaba de la ventana. Por un momento sintió miedo, algo que no podía explicar... un miedo lejano a la soledad, a perder a esa persona que dormitaba por segunda vez con él esta vez plenamente conscientes. ¿La amaba? Era una constante en su cabeza... sí, pensaba recordando esas sonrisas que tenía en la mente, esas caricias que horas antes ambos se dedicaran. Sollozó un poco al encontrar la respuesta que sabía de antemano, mejor dicho de confirmar. Sintió a Mercedes moverse y la miró voltearse hacia él y sonreirle somnolienta. "¿Qué pasa" preguntó ella. "Nada," respondió "sólo miro tu lunar" y después de eso la abrazó y quedó dormido a su lado con una sonrisa.

1 comentario:

Arilin Hojaluna dijo...

me gustó mucho éste cuento vida, te amo