6/02/2005

Desaparición (3)

Ambas pasaron a la casa. Luisa le ofreció algo de tomar a Marisol mientras esta se sentaba en el sillón de la sala que le quedaba más próximo; aceptó un café mientras ambas esperaban a Jorge. Bastante ilógico el esperar a alguien que no sabes dónde está y menos que desaparece en su casa, pero no tenían niguna otra opción, o por el momento no se les ocurría otra; como llamar al celular de él y localizarlo.
Luisa estaba un poco paranóica a comparación de Marisol a la que se vió obligada a seguirle la corriente un poco. Marisol por su parte seguía con la idea de que su novio había saldo por algo y no tradaría en regresar. A las seis de la mañana es un poco dificil encontrar algún lugar abierto, por lo que la idea de Marisol era también un poco ilusa, pero quería pensar eso. La idea de la pelea de ayer le atormentaba.
Regresó Luisa con una taza de café y se sentó junto a ella. Estuvieron un rato en silencio, hasta que la hermana preguntó algo que Marisol no entendió y no respondió, seguía en sus pensamientos recordando la pelea de ayer. No le había prestado demasiada atención hasta ese momento, ayer todo parecía normal, una de esas peleas que salen y se van como si nada. El motvio fue una tonta idea de él sobre morir; le dijo sus impresiones sobre eso y ella le respondió que lo que pensaba, disgregaban mucho así que comenzaron a pelear, una pelea intelectual de conceptos sui generis sobre la muerte. De pronto él habló de morir de forma tan personal que la espantó. Fue ahí el meollo del asunto, ella se molestó en verdad y discutieron sobre lo que él decía y... de pronto se acabó. Estaban besándose como siempre sin recordar nada de lo que acababan de hablar. El resto del día no se tocó nada del asunto y ambos al parecer lo olvidaron.
Luisa preguntó de nuevo a Marisol, "¿Nunca te habló de morir?"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como que está demasiado pequeño el cuentito... me quedé picada ^^