5/24/2005

Anécdota

Aún era temprano, eso no era ni una duda. Salí del metro un poco agotado porque llevaba prisa; sí, prisa a una cita a la que llegaba temprano, ¿no es irónico? Sólo quería que todo estuviese perfecto para lo que fuera a suceder si es que pasaba hoy... si es que ella llegaba.
Me puse a esperar donde quedamos, vi el reloj y descubrí que era temprano, cosa que ya sabía y quería constatar una vez más. No sé si alguna vez les ha pasado que tienen que esperar a alguien y por azares del espacio-teimpo, los minutos se alargan y pasan lentamente en lo que esperas a alguien; pues esa vez yo sentía algo similar, miraba y miraba el reloj y veía con decoro que no avanzaba en lo más mínimo, hasta me daba la ilusión de que retrocedían las manecillas del reloj. No, no estaba nervioso... bueno sí, pero no como lo esperaría para ver a alguien que no veía en meses, lo que me mataba era la espera y no tener noticias de ella, sólo sabía que llegaba hoy. Además de eso quería que todo pasara hoy, ese era mi principal objeto de nervios que aún no afloraba y estaba dormitando en mi estómago y sin duda emergería cuando la viese llegar, parada frente a mí cargando su maleta sonriéndome, estaba seguro que en ese momento mis nervios serían incontrolables; pero aún no, sentía su picazón de vez en cuando.
Me levanté del lugar donde había decidido sentarme. Miré buscándola con la mirada: nada aún. Repasé mentalemte lo que le diría después de abrazarnos y saludarnos, sí se lo diría así, inmediatamente sin esperar nada. Tenía el presentimiento que ella sentía lo mismo, así que para qué perder el tiempo. Fue entonces cuando escuche una cálida voz llamándome a mis espaldas, la ví ahí, parada cargando su maleta sonriéndome. No pude articular palabra, me acerque a ella la abracé y nos saludamos: tanto tiempo, cómo has etsado. Yo bien y tú. Tambien...fue todo.
Salimos de la terminal, la llevé a pasear por la ciudad y a comer; sabía que tenía que decirle lo que sentía, no habría oportunidad después. Me arme de valor... y entonces escuché a ella hablar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿y después? ¿qué le dijo la chica? Oye, ¡debes ponerle un final a los cuentos! Me trauma las cosas sin final ;_;

Anónimo dijo...

oye wey que te dijo la chava y quien era yo conosco a tooodas las chavas que conoces no te hagas wey pon el nombre


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