8/22/2007

Caida

Las calles aledañas al edificio estaban vacías desde hacía algunos días; sólo los coches abandonados le daban un poco de vida a la vista que tenía desde el cuarto en el edificio. Tenía tres días en que Iván esperaba a su madre que había dicho iría al mercado por los alimentos del día. Miraba la ventana fijamente, los cristales rotos causados por la onda explosiva de la caida del meteoro. No sabía que era un meteoro, pero eso había escuchado en los últimos días desde que su madre salió a la calle. Recuerda ese día, estaba sentado en el sillón frente a la televisión: mirando qué, no lo recuerda, pero era algo que le llamaba la atención, por ello no salió con mamá al mandado. Se quedó solo y pocos minutos después se fue la luz y un fuerte estruendo se oyó por todos lados, gritos de pánico llegaron hasta sus oidos y en ese momento los vidrios de la ventana frente a él se quebraron... tuvo miedo, quería a su madre con él, se arrepintió de no haber ido con ella...
Tenía miedo, lloró. A sus seis años era poco dificil que su madre se separara tanto tiempo de él, aún no entraba a la escuela siquiera. Qué podía hacer salvo esperarla o a papá que estaba de viaje y a veces ni siquiera tenía idea de cuando regresaría. Estaba solo.
Escuchaba voces de vez en cuando, gritos, ladridos, maullidos, rara vez alguna voz que hablara. Fue una de esas voces de las que escuchó lo del meteoro. Tenía hambre, no había comido, dormía casi todo el tiempo y cuando no lloraba nuevamente recordando a mamá. Por eso veía la ventana con los vidrios rotos veía el cielo gris lleno de nubes y algunos edificios frente a él. Vio las calles abandonadas y los autos cuando tuvo el valor sucifiente de acercarse a la ventana y subirse a un banco a mirar fuera buscando a su madre.
Tenía sueño, mucho. miró la ventana una última vez antes de dormir cuando se comenzaba a oscurecer aún más. Pensó en su madre y cayó presa del sueño. Lo último que escuchó fue la voz llamándole, antes de que el el edificio se derrumbara.

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